domingo, 31 de mayo de 2009

Tirando la moneda (de más de 2 céntimos)

Al despertar estaba confundido, no sabía si debía estar feliz o triste, no sabía si tenía que ser simpático y abierto o, por el contrario, apático e introvertido. No recuerdo lo que pasó anoche, no sé si me acosté sonriendo o con una lágrima por la almohada. Estoy bastante confuso con mi propio estado anímico. No he hablado con nadie en estos minutos de “adaptación al medio” (así es como yo llamo a los minutos recién levantado), así que no sé si me saldrá una frase borde o contaré mi vida durante horas de conversación. 

Así que, por todo lo anterior, tiraré una moneda. Voy a tirarla, si sale “cara” me tocará ser simpático, extrovertido, charlatán y payaso, en cambio si sale “cruz” tendré que conformarme con no perder amigos, con responder brevemente, con no interrumpir cuando los demás hablen e intenten ser simpáticos. Si la moneda se pierde, ¡ay, qué alegría! Si la moneda se perdiera podría elegir yo el estado en el que encontrarme. Yo me conformaría con ser YO, y no que una moneda diga si estar o no feliz pero para eso aun queda mucho, la puta moneda no se perderá. Lo tengo asumido. No hay más.

No hay comentarios: