jueves, 25 de junio de 2009

lo que tenga que pasar, pasará...

La verdad, nunca me ha entusiasmado la idea de que exista “El destino”. Es una cosa que no me planteo, que no pienso en ello, y que realmente me da igual. Pero últimamente me ha venido a la cabeza con frecuencia esa maravillosa frase que hace mención indirecta hacia ese futuro escrito: Lo que tenga que pasar, pasará. ¿Tiene que pasar algo obligatoriamente? ¿Controlo yo lo que pasa, o pasará sin preguntarme antes qué es lo que quiero? Son preguntas que hoy me planteo. No tengo ni idea por qué, quizá sea por la velocidad a la que mi vida está cambiando últimamente (aunque los que me rodean no se den cuenta de ello), o bien es por el hecho de que en tan sólo unos minutos paso de estar sumergido en el más oscuro y profundo pozo sin fin (sí, sé que es matemáticamente incorrecta mi frase, pero por suerte escribiendo puedo hacer alusión a metáforas a las que no podría en las ciencias exactas) a estar en algún lugar por encima de nuestras cabeza, a lo que otros llaman nubes.
Todo esto es curioso, claro, como la mayoría de la cosas que me acabo planteando, siempre hay un por qué, aunque a veces no sepa verlo. Siempre hay que estar atento a esas tres palabras: querer, poder y deber, es decir, lo que QUIERO, lo que PUEDO y lo que DEBO. Ahora estoy con una pequeña sonrisa en la cara, a saber lo que me espera dentro de un rato. No lo sé, el tiempo lo dirá. Lo que tenga que pasar, pasará…

sábado, 20 de junio de 2009

Durmiendo en el césped

Estoy tumbado en el césped que hay justo delante de mi casa, la noche está muy calurosa, la tierra desprende un calor poco habitual de este tiempo. Está un poco largo y hay un par de bichitos merodeándome la oreja, a saber qué tipo de insecto son. Se oye la música que puse hace un rato, Iván Ferreiro se alterna con Vetusta Morla y Jarabe de palo. Éstos son los grupos que elegí para este momento de tranquilidad. Uno más. Es raro, de repente estaba en la playa con el viento haciendo que me picara la espalda. Subí hasta la duna más alta. Estaba allí, había subido solo, como estaba desde que llegué a la playa, como estaba desde hacía unos días. Estaba arriba del todo con un aire de superioridad que me inquietaba. No había hecho ninguna proeza, simplemente subir allí, y quedarme de pie mirando todo la playa (solitaria también). A los pocos segundos me di cuenta que no podía quedarme allí mucho tiempo, no me quedaba fuerza y bajé arrastrando los pies por la arena. Tardé más bajando que subiendo, pero al final llegué abajo. Era lo más bajo que podía llegar, estaba cansado y casi no tenía fuerzas para caminar, no tenía fuerzas para hacer aquello que tenía pensado hacer a continuación. Así que me dejé caer sobre la arena, bocarriba con las gafas de sol puestas y con la camiseta arrugada para reposar la cabeza. Así me quedé dormido.
Es raro, pero me he despertado en el césped, quemado por el sol y con la camiseta en la cabeza. Noto que la hierba está mojada, ¿por qué? Me levanto mareado por la brusquedad del movimiento y recuerdo lo que me pasaba. Había llorado, tumbado allí, delante de mi vida. Había pasado por un mal momento dentro de mi propio sueño. Qué raro soy…

viernes, 19 de junio de 2009

Fragmentos de canciones

Ya van 5 días los que intento escribir aquí algo y siempre cierro la ventana tras unos largos minutos. Así que como no tenía nada que decir (tengo mucho y no sé cómo ponerlo), mientras que va saliendo, dejo dos párrafos de dos canciones del mismo autor:

Por si a alguien le interesa, las canciones son de Mikel Izal, podéis conocer más de él aquí: http://mikelizal.es/ y por aquí (ilegalmente, oírlo): http://www.tripilandia.es/foro/cantautores/24577-mikel-izal-audio-01-video-00-a.html