domingo, 31 de diciembre de 2006

Happy New Year!

Último día del año. Un día de lo más variado en cuanto a lo que ronda por la cabeza de las personas. Día nostálgico para los que se sienten solos, ahora más que nunca se ven sin nadie alrededor. Día de marcha para la mayoría de jóvenes que abarrotan cotillones de pub’s y discotecas, casas alquiladas o garajes de algún que otro colega, todo ello preparado para la ocasión, con el espumillón (cada vez menos usado) y trompetitas y gorros multicolores, con el alcohol como guión a seguir en la noche. “Hoy la borrachera más grande del año” o “esta noche cojo la grande” son frases que cada vez oímos más y más entre los de mi edad. Día “jodido” para los que trabajan la última noche-primer día del año. Los táxitas, conductores de autobuses, maquinistas, pilotos, miembros de la Guardia Civil y Policía, camareros, porteros y otros encargados de la seguridad, sistemas de limpieza, y así un largo etcétera que tiene que trabajar durante esta larga noche. Día triste para los que echan de menos a las personas que están lejos o los que ya no están. Día normal para los menos, para los pasotas, todo esto no es más que la continuación de lo anterior. He generalizado, pero sé que para cada persona es un día distinto. Hoy es el día de pensar en el futuro, pensar qué mejorar el siguiente año. El año que viene estudiaré más, buscaré un trabajo mejor, tendré novia, formaremos una familia, viajaremos mucho, pasaré más tiempo con mi gente, me compraré los nuevos aparatos electrónicos, me pondré fuerte, dejaré de fumar, adelgazaré, voy a vivir más tranquilo... tantos propósitos que se quedan ahí, para un año que será mejor que el anterior, porque así lo queremos ver. Mañana empezaremos el día (quizá no por la mañana, al haber dormido tanto) con una sonrisa, pensando que algo nuevo va a pasar en tu vida, todo a partir de mañana será distinto. Todo no, hoy vemos que sólo lo malo cambiará y lo bueno se queda. Este año 2007 no habrá más “trágicos accidentes mortales” (curiosa manera de definir los atentados, sí, señor Zapatero), no habrá guerras estúpidas (¿verdad, D. Bush Jr.?), ni gente a la que se le pueda quitar los puntos en la carretera, ni personas que quieran tomarse la justicia por su cuenta, ni más Saddäm Husayn’es ahorcados, ni más corruptos que se llevan dinero en obras, ni más agresiones en partidos de fútbol (por ejemplo, algún que otro cabezazo) o en partidos de baloncesto (crack’s que pierden la cabeza, véase Melo Anthony)... este 2007 será mejor. Aunque no todo en el 2006 fue malo, nos quedará el deporte, en el verano la selección de baloncesto nos dio una alegría en un Mundial, no se me olvida el partido contra Argentina en la semifinal, Gasol (Pau) llorando cojo, el otro Gasol (el hermanísimo, Marc) creciendo como la espuma, Rudy volando, Calderón demostrando lo que es, Reyes con los guantes puestos, Mumbrú en la línea de 6’25, S. Rodríguez dando velocidad y pase, Garbajosa haciéndose un hombre a los 28 años y cogiendo la maleta rumbo a Toronto, Jiménez con su trabajo sucio, Cabezas para aportar cabeza, Navarro ¿qué haces todavía en Barcelona?, Berni por fin tuviste tu tiempo, y cómo no el entrenador Pepu Hernández. En otros deportes también fuimos los mejores, Nadal se proclamó el mejor sobre tierra, Alonso otra vez campeón del mundo en la retirada de Schumacher, Bautista y Lorenzo ganando con las motos, Barcelona campeón de la Liga de Campeones, y Sevilla de la UEFA. Mi más enhorabuena para todos ellos, aún así faltó el Mundial de fútbol y que el Real Madrid vuelva a jugar. Para lo primero tendremos que esperar al 2008, para lo segundo y para celebrar más títulos está este 2007, suerte. El paro y el precio de la vivienda van a bajar. Y todos seremos más felices, veréis como las cosas van bien, yo lo deseo. Os deseo buena entrada de año, pasadlo bien, tened cuidadito con los excesos, con todo. ¡FELIZ 2007! y portaros bien que ya mismo vienen los Reyes Magos...

lunes, 18 de diciembre de 2006

La Navidad llega ¿se nota?

Me senté en el sofá de casa, ya he vuelto para pasar aquí las vacaciones con la familia y los amigos. Me eché el paño de la mesa por encima de las piernas y encendí la estufa para sentir la llegada del invierno. Busqué entre mis cd's olvidados, entre aquellos que no sabes por qué te los grabaste (porque tengo que reconocer que los tengo pirata, y menos mal), aquellos Coyote Dax, Chayanne, Jennifer López, Britney Spears, esos recopilatorios Blanco y Negro, Ahora 00, Gala 1 Operación Triunfo (los de la primera edición, ¡sí!, la de Bisbal, Bustamante y la Rosa de España), y los que te recuerdan al verano como Caribe mix o Verano 99. Yo también pasé por esa mala época en la que escuchaba lo que decía la tele que escucháramos, más bien, oir porque escuchar poca cosa hay que escuchar (ni calidad musical, ni letras que valgan la pena). Buscando, encontré los cd's que quería, la Navidad por Andalucía (¿villancicos en andaluz?), los pitufos cantando el "Fum fum fum" y el "Campana sobre campana", los cd's que regalaba Coca-cola por la compra de dos litros de alguno de sus productos para homenajear esta época, y así otros cd's más con los típicos villancicos navideños ("Noche de paz", "Los peces en el río" y "La marimorena", entre otros). Me quedé con uno de estos últimos en los que los cantantes no tenían acento raro y cantaban canciones típicas de la Navidad. El portal de Belén ya se había encargado mi madre de ponerlo y supongo que no se quitará de ahí hasta la vuelta a clase, después de Reyes (esperemos que no venga ninguna directora de instituto con aires de superioridad a tirarnos las piezas al cubo, que bastante cara nos costaron y bastante chulas están). No echo de menos el Cagané, pero me planteo si Carod Rovira montará su portal, eso sí, con Cagané incluido por supuesto, faltaría más. Miré a mi alrededor y mi madre no ha puesto árbol este año, en parte me alegré. Hace unos años era costumbre ir a cortar un abeto (o pino) chico para decorarlo, por suerte ahora se llevan los árboles de plástico en el que tienes que ir abriendo las ramas y ponerlas como quieras. Pensé que hay árboles que mejor no ver por la poca cantidad de ramas y lo enclenque que parecen, otros decorados con montones de colores, bolas rojas, verdes, doradas y espumillón de muchos más tonos diferentes, nada comparable al de la 'White house' con su homogeneidad y su entereza. Donde hay dinero lo hay. Aún así hay cosas que el dinero no puede comprar, por ejemplo los Reyes Magos, ellos (los estadounidenses) jamás lo tendrán como nosotros, ellos se tienen que conformar con un gordo que viene antes de tiempo y no te deja tiempo para la ilusión. En mi casa le tengo prohibida la entrada. Eso deberían hacer en todas las casas, y quitar los "Papá Noel" que están colgados con una escalera de sus balcones. Ya tenemos suficiente con que en Halloween vengan cada vez más niños a pedirme caramelos (sin saber por qué). Esto es, en el más amplio sentido de la palabra Imperialismo. Volviendo a mi sitio en el sofá de mi casa y encendiendo la televisión empiezo a hacer un zaping. Aunque pienso que es buena época para leer ahora no tengo ganas, empieza la flojera y prefiero que me lancen las cosas sin "esfuerzo". Uno, dos, tres y hasta cuatro canales hay con anuncios de juguetes, a las 6 y media de la tarde, buena hora para comerle la cabeza a los niños que ven como el barco navega por los siete mares y no leen la pequeña letra blanca de debajo, "No incluye pilas. Recomendado para mayores de 3 años. Más de 30€. No contiene agua, islas, personajes ni sonido. Las piezas se venden por separado". Así todo es más bonito y el niño corre a papá y a mamá con la ilusión de que le traigan todas esas cosas llamativas que anuncian. Otros dos canales más con películas de Navidad. Y una con noticias breves, pacto ETA-Gobierno, plataforma en contra de pacto, militares que vuelven de la guerra para pasar las vacaciones en España (pero...¿esos militares no debían de haber vuelto hace ya bastante tiempo de una guerra que no debería haber estallado?, yo espero que vuelvan), accidentes en carretera, comidas de empresas de muy distintos tipos, atención al colesterol por el exceso en las fiesta, y cómo no, los gastos. Esa noticia consiguió captar mi atención. La media de cada españolito rondaba los 350 € por persona entre comida, regalos y fiestas. Los regalos más usuales eran los nuevos aparatos electrónicos, cámaras, mp3, ordenadores con mejores prestaciones o nuevas consolas, y además, la ropa. Al terminar esta noticia salió una de un ca... que mata a prostitutas en el Reino Unido. Me acordé del horóscopo que oí esa misma mañana en un programa "de cotilleo", "Cáncer, estas Navidades estarás más sensible de la cuenta...", y tomé la decisión de apagar la tele porque, aunque no creo en estas cosas, mejor no ponerlo a prueba.
Con la televisión apagada, la estufa aún encendida al igual que las luces del portal y que mis mofletes, decidí hacer aquello que tenía que hacer. Cogí mis libros, me incorporé en la silla y me puse a estudiar, recordando aquella frase de mi profesor, "quedan 6 semanas y tenéis 7 asignaturas, poneros las pilas o no os da tiempo". El ambiente de Navidad se fue al traste (a la mierda, vamos). En los descansos de mi estudio aprovecharé para escuchar ese villancico típico, para tomar esa leche caliente, para comer turrón y mantecados (aunque se me quede la boca como un zapato). Ahora a esperar la felicitación de Navidad del gobierno, la comida de Nochebuena en familia, el pregón del Rey, los Reyes Magos, la ilusión de que el gordo de Navidad desahogue la presión económica de las familias de clase media y las promesas para el nuevo año. Mientras tanto, a ser felices y a disfrutar de la Navidad.
Ahm, y... ¡Felices Fiestas!

lunes, 11 de diciembre de 2006

Harto

Estoy harto de los deportistas que usan anabolizantes, de los conductores que se ponen a tocar el claxon (o pito) en los atascos, de los gritos hablando por teléfono, de las carreras del lunes por la mañana. Estoy harto de los jóvenes que salen a beber únicamente, de los estúpidos que queman cocinas, de los que atracan a plena luz del día, de los que maduran dando un paso atrás, de los engreídos, de los que se creen superiores, de que mueran millones de niños de hambre, de los retretes llenos de moscas, de los muros llenas de pintadas, de los que no se lavan. Simplemente estoy harto de los frikies que se ponen en los ordenadores y parece que se les va a acabar el mundo, de los que no se cepillan los dientes, de que haya tirados en las calles, de los autobuses de ciudad llenos, de las muertes en la carretera, de los extranjeros que vienen a tu país y te exigen que aprendas su idioma en vez de adaptarse ellos, de levantarme a las 7 de la mañana en invierno y ver gente corriendo por la calle en pantalón corto, de los sudokus, de las horas seguidas dando física, de los periódicos gratuitos que cubren la mesa de mi cuarto, de los politonos (o realtonos) de los móviles, de los programas absurdos de la tele, de los condones tirados en las aceras, de profesores que no saben explicar, de las comidas de las residencias en las que abundas las patatas, de las series de hospitales. Y finalmente, también estoy harto de las canciones sin letra, de los timos de internet, de que aún haya guerras para ver quién es el más fuerte, de la poca educación de los niños, de las modas, de ir por la calle esquivando mierdas de perros y otros seres vivos, y por supuesto de que nos traten a los adolescentes como rebaño.
Porque no, porque no quiero y aún así me tengo que aguantar. A joderse.

domingo, 10 de diciembre de 2006

Los comienzos siempre fueron difíciles

Bitácora que empieza cuando se acaba el año, con nombre de libro de Antonio Gala y con la simplicidad de la letra de las canciones con las que cada año nos deleitan los concursantes de Operación Triunfo. Así empezamos. Mal. Explicar queda un par de cosas. El año se acaba, el puente de la Constitución y la Inmaculada da un empujón a aquellos que no nos decidimos por hacer un blog antes. Tranquilo, ya estoy aquí. La sencillez se debe al inicio, pronto se irá llenando de gente que deja comentarios con nuestros futuros textos (bendita ilusión). Y el nombre (con respeto al gran Gala, que no a las galas de OT), lo siento, ¿qué se puede esperar de dos chavales que buscan un título para un blog viviendo en la ciudad del viento? La creatividad hoy en día se paga a precio de oro, y yo, cómo han podido observar, estoy un poco escaso de ella. Ya ven, termino este texto sin deciros mucho más que nuestra ubicación geográfica, que no me gusta OT, ni los libros de Antonio Gala, ni los domingos donde acaban los puentes. Una lástima.

Saludos, Zito & Jmab