lunes, 1 de octubre de 2007

Qué difícil, por un beso

Tumbado bocarriba, con la música puesta a ocho, en cualquier colchón de un hotel. Un gran libro en mis manos, al que hace un rato dejé de lado. Mi móvil sonando a lo lejos. Ropa tendida en la silla del balcón. Y con la mente muy lejos de aquí. Recordando el beso del jueves por la noche. Ese beso en la boca me volvió loco, me hizo volver a ese sentimiento que hacía ya un tiempo que no tenía. Veía un concierto de poca calidad y decidí quitarme del medio. un amigo ya lo había hecho antes. Andé con paso dudoso, sin saber hacia dónde ir, hasta que llegué fuera. Me hubiera gustado que no hubiera ocurrido aquello. Desde aquel momento todo fue distinto. Mi cabeza no me deja tranquilo, no puedo descansar sin que aparezca en mis sueños eso que tanto deseo. No entiendo el por qué de todo esto, no me entiendo a mí mismo. Pero eso es normal, nadie me entiende. Ya sé que no puede estar todo el día un amigo pegándome tortas pero ahora quiero que la próxima torta me la pegue una amiga, eso sí, que luego me pida perdón. Quizá así se me quite todo esto que ronda en mi cabeza. Y ahora que lo pienso, qué difícil soy, todo esto por un beso en el que poco tengo que ver.