domingo, 31 de mayo de 2009

Tirando la moneda (de más de 2 céntimos)

Al despertar estaba confundido, no sabía si debía estar feliz o triste, no sabía si tenía que ser simpático y abierto o, por el contrario, apático e introvertido. No recuerdo lo que pasó anoche, no sé si me acosté sonriendo o con una lágrima por la almohada. Estoy bastante confuso con mi propio estado anímico. No he hablado con nadie en estos minutos de “adaptación al medio” (así es como yo llamo a los minutos recién levantado), así que no sé si me saldrá una frase borde o contaré mi vida durante horas de conversación. 

Así que, por todo lo anterior, tiraré una moneda. Voy a tirarla, si sale “cara” me tocará ser simpático, extrovertido, charlatán y payaso, en cambio si sale “cruz” tendré que conformarme con no perder amigos, con responder brevemente, con no interrumpir cuando los demás hablen e intenten ser simpáticos. Si la moneda se pierde, ¡ay, qué alegría! Si la moneda se perdiera podría elegir yo el estado en el que encontrarme. Yo me conformaría con ser YO, y no que una moneda diga si estar o no feliz pero para eso aun queda mucho, la puta moneda no se perderá. Lo tengo asumido. No hay más.

"Viajando" (con la imaginación)

Esta noche os contaré algo que me sucedió hace unos días, era poco más de media noche y el sueño llamaba a la puerta. Destapé mi cama, ya tenía puesto el pijama y recogía un poco la ropa del día para poder dormir. Me vi en una cuesta abajo y lo mejor era pasar. Cuando me eché encima de la cama me di cuenta que aun no podía dormir. No era el momento de cerrar los ojos y decir adiós al día de hoy. Así que me levanté, y me senté delante de esta pantalla que a veces hace que me abstraiga con facilidad. Casualmente llegué a un sitio. Viajé en el tiempo y en la distancia sin moverme del sillón. Cerré los ojos y me imaginé cogiendo el tren y el avión. Me imaginé en otro sitio, delante de un pc junto a una ventana a cualquier sitio. Es increíble el olor que viene de fuera, es totalmente diferente al de ahora mismo. Todo es perfecto, me encuentro solo, mirando a gente desconocida pasar. Veo a gente hablando y no sé qué dicen, no les entiendo.

Es curioso ver como cada vez que tengo la oportunidad huyo de lo que tengo, y persigo lo que no. Es curioso mirarme y no ver eso de aquel momento. Es jodido, que no curioso, ver cómo tan sólo me imaginaba cosas, que al abrir los ojos me veía aquí, con la persiana bajada y la cama esperándome.

lunes, 25 de mayo de 2009

y ahora no sé lo que tengo que hacer

  Hoy me desperté y estaba todo en silencio, era tarde para que no hubiera ruido de mis vecinos ni de la gente y los coches de la calle. Puse música asustado para oír algo. Levanté la persiana de mi cuarto y bajé y subí mi cabeza buscando alguien tendiendo o haciendo la comida. Nadie. Corrí a la ventana del salón, abierta de par en par, un día soleado y luminoso. Me asomé y no había nadie. En pijama y descalzo corrí escaleras abajo y estaba solo. ¿Dónde estaba todo el mundo? ¿estaría muerto? (no era así como me lo había imaginado). Así que sin pensarlo, subí por mi cacharro de oír música y me senté en la esquina de la puerta de mi bloque a esperar algo. 

“…pinto en los espejos, personajes de ciencia ficción…”

   Bueno, por suerte todo era un sueño, sigo vivo y rodeado de gente que hace suficiente ruido para darme cuenta. Aún así, cada mañana, al despertar, levanto la persiana de mi cuarto para buscar a algún vecino, o sino corro hacia la otra ventana para ver esas personas caminar. 

   No quiero que nada me pille de sorpresa. No quiero ser sorprendido por la muerte/soledad o cualquier cosa extraña. Así que ahora grito, grito para que todos me oigan, grito para oír.

sábado, 16 de mayo de 2009

Composición Férrea II (Las siete y media)

Hoy no será un buen día para ti. No habrá más lunas, no habrá más sol. Escribo sobre ti desde hace mucho, en mi búsqueda de la felicidad me vi interrumpido por la metafísica que indica el lugar donde pierdes el sueño. Tengo mi tristeza siempre ahí, escondida poniéndose guapa.
Acaricias con los dedos la esperanza muerta, la torpeza y la vergüenza de este año, que no fue ese año que esperábamos tener. No me pidas que te espere, soñando, flotando sobre el mar en mi cabeza, cantando, bailando y gritando que jamás me dejarás. Repetimos los errores que si antes eran grandes ahora son enormes y aquella herida no la supe curar. Quise llegar a ti, quise volver y me quedé esperándote. Me pasaba las horas acariciando mi herida, se me iban los días, las noches son muy largas, y me encontré rodeado de gente que no conocía.
Este amor se apaga, no es por ti. Un corazón no es para siempre, a veces tienes que devolverlo. Piensa en frío, yo tengo miedo y tal vez, ya no volvamos… nos va a matar. Y si no te veo aquí, te veré en mis sueños. A veces creo ver, ver cómo vendrás chocando contra mí. Dime que no, que no es verdad y lamentas con miradas lo que no se puede ni explicar. Y es que tú y yo ya no somos como el resto del mundo.
Latidos que se escapan de mi corazón, de este amor impuro y agotado, enfermo y delicado, pequeño y despistado. La distorsión es tan real, como mi amor por ti.

Composición Férrea I (Canciones para el tiempo y la distancia)

Perdí cientos de horas en buscar un lugar, y vi toda mi vida alrededor. ¿Por qué han de ser escondidos los secretos y los sueños? Yo convencido de que tengo razón, pensé que no me equivocaba, es complicado mantener el tipo en cualquier situación, si deprimente significa normal. Últimamente me siento inteligente, últimamente no tengo corazón, ya ves, yo sobrevivo a base de basura y desencuentro.
Sabiendo que mañana solamente querremos distanciarnos de la gente, si tú te vas ya nada será nuestro, tú te llevarás en un sólo momento una eternidad. Tú lo dijiste un día: “te quiero, pero no sé bien por qué”, y a mí me da que todo es de mentira. Es imposible contenerse ahora.
Desde aquí, desde mi casa, veo la playa vacía como una tarde de julio pero con frío y tronando. Dormiré en cualquier lugar, con quien me deje hacerlo, y besaré todas las bocas intentando demostrar que sólo existe una.
Te inventaré en cualquier mirada, cualquier gesto, cualquier cama. Te inventaré cada mañana, para que siempre podamos conocidos encontrarnos alargarnos la sonrisa y poder burlar al tiempo.
Quién prefiere quedarse y aguantar, todo lo que nunca tendré. Mátame, mátame mucho.