martes, 6 de noviembre de 2007

En las clases, no entiendo

Estoy aquí, sí, en Málaga, sentado en la parte trasera de una clase, rodeado de personas que miran con rareza a un profesor, que explica cosas que no entiende nadie, excepto él. Yo, mientras tanto, pongo mi cabeza sobre los hombros. Ya basta de flotar creyendo que no hay preocupaciones ni responsabilidades. Llevo unos días con mi cabeza pensando en qué voy a hacer en el futuro, sin pensar en lo que debo. Tanto tiempo con mi cabeza en mañana me hizo esperar algo. No sé. Hablando de esperar, recuerdo esperar a alguna chica durante un buen rato, era mi oportunidad de verla antes de irme, me daba igual cuánto tenía que esperarla, sólo quería verla y que me sonriera como ha hecho desde el primer día que nos vimos. Estuve un rato, disimulando con el móvil en la oreja, haciendo como el que hablaba, para que la gente no me tomara por loco. Un chaval dando vueltas nervioso mirando por la cuesta que tenía que venir no era normal. Una señora mayor que salía de un local le comentaba a la que parecía la mayor de sus hijas, "Mira, un muchacho así quiero yo para ti, seguro que espera a su chica". No señora, no. Me hubiera gustado responderle que no era mi chica pues sino no esperaría a que llegara, simplemente estaría con ella. Ella no me comprendió la última vez que la vi, pero es lógico, ni mis mejores amigos lo hacen, así que no. No es mi chica, pero esperé. La esperé durante un rato y no apareció, me lo temía. Pues nada, otro día será, no me canso y aseguro que ya estoy pensando cuando voy a poder.
¡Ah! por cierto, que el profesor se ha callado, es decir que hay descanso, de clase se entiende, porque lo que es mi cabeza nunca descansa.

1 comentario:

j dijo...

¿No entendías al profesor? Espero que entrases en tu clase hombre, que a saber si te metiste en la clase equivocada...