martes, 6 de noviembre de 2007

Ellos, mis colegas


Carlos, Jonathan, Aarón, Lucas... perdonadme, sabéis lo que pienso de vosotros y que no quiero ver que pasáis de mí ¡eh! (nota de advertencia). Pero hoy quiero hablar de dos en concreto, Gumer y Jose (el otro administrador de este blog, aunque estoy pensando en echarlo). Me salí un poco de mi estilo en las entradas del blog pero da igual. Hoy quiero recordarles los años que hacía que nos conocimos, y más que nada los momentos que pasamos juntos, desde que compartí clase con Gumer o jugué por primera vez al baloncesto con Jose, hasta estos últimos días de verano. Ellos son los únicos que me pegan una torta para que espabile, me cogen de la cabeza para que mire para otro lado cuando lo que veo no me gusta. Ellos son con los que me peleé en un dohyō en la playa, los que me pegan un empujoncito cuando me atasco. Gracias por todo, chavales. Este agosto y este septiembre me di cuenta que puedo contar con los dos, que donde estéis siempre habrá una risa o un oído para cuando los necesite. Ya sabéis, estoy aquí. Dónde están esos amigos que nunca se iban a ir. Sevilla - Tarifa - Málaga, pasado, presente y futuro. Es fácil demostrar que si quieres la distancia no es el olvido. Os quiero amigos.

2 comentarios:

j dijo...

Sí, me tomo como que va por mí eso de: "si se quiere la distancia no es olvido..." jaja. Qué decir tío, que aún me acuerdo del día en que tu madre te trajo a mi clase para exhibirte jaja. Pero sobre todo, poniéndonos serios, muy serios, lo que tengo es realmente importante es que aún te quedan dos, así que date prise picha, que ya me va tocando a mí... joe... jaja.
Un saludo en la distancia... jaj

Anónimo dijo...

Ilde, ¿te quieres casar conmigo? jeje