lunes, 2 de abril de 2007

Gente y locura

Una noche de invierno más allá del 21 de marzo. Según el calendario ya es primavera. Si miramos el tiempo y el estado de ánimo de algunos más bien podríamos estar en plena noche invernal. Dando vueltas al coco, piensas en los amigos, los estudios, la familia...incluso piensas en esas personas que hacen comentarios diciéndote que no eres feliz sin asegurarse que te conocen, te dan consejos sin ver que ellas cambiaron sus vidas sin querer hacerlo porque no les quedaba más remedio, sin reconocer tantas cosas que no supieron reconocer, que viven una vida que juraron no vivir. Estoy harto de esas personas que te dicen lo que tienes que hacer sin preocuparse si su vida está bien o no tal y como van, esos de la televisión que te enseñan a vivir de una manera casi idílica en ese mundillo, a vivir una mentira. No entiendo por qué uno no puede decir lo que quiera, uno no puede decir que está aburrido sin invitarlo a ir a un psicólogo. No entiendo tantas cosas. Hoy doy vueltas sin parar. Demasiado ruido hay en mi cabeza. Fui yo quien me prometí que no volvería a caer, escribes para que la gente lea que no estás de acuerdo con la sociedad, que no estás de acuerdo con que muchachos de tu edad por tener la “suerte” de ser de una determinada manera tengan unos determinados derechos que tú no tienes y te miran raro. Al igual que tú miras, observas un futuro con incertidumbre y, a veces, un poco de miedo. También pones un poco de esperanza. “No te preocupes, todo irá tal y cómo quieres” te repites día tras día al levantarte, “Vale más mi sueño que el dinero, puedo vivir de una alegría, de aquí pa’llá colecciono recuerdos, tú cuéntame cómo es tu vida”, tarareas esa cancioncilla. Luego llega la noche, estás metido en un bucle, otra vez el mismo día, otra vez la misma GENTE. Llega la noche y te metes entre las sábanas con aires de perdedor, con un aire de decepción. Tampoco fue como quisiste, tampoco se cumplió hoy tu sueño. No has cambiado el rumbo del mundo, no has hecho nada por nadie ni nadie hizo nada por ti, no sabes qué vas a hacer cuando tengas unos años más, no sabes cómo demostrarle a quien añoras todo lo que sientes. Así que le das al play del reproductor de música, escuchas un grupo de música que siempre lo oyes cuando necesitas estar con alguien, cuando no estás lo animado que deberías. Otro domingo más, te juras que cambiarás de vida. Sin embargo, todo seguirá igual mañana cuando me levante, quizá sonría o salte sin motivo, quizá tenga pequeños motivos. Mucha gente, demasiada gente. Me fue más fácil que nunca pensar en los amigos. Más difícil que nunca pensar en mis estudios y mi trabajo a posteriori. Una por otra. Yo me iré de aquí, con los ojos vendados como hacen tantos... y haré como si no pasara nada, como si no hubiera injusticias, como si todo fuera maravilloso. Yo me iré con los ojos cerrados, sin poder ni querer ver nada. Total, sólo seré uno más de este fantástico teatro de títeres. Me iré así, con la lista abierta, esperando que alguien llegue y se apunte a actuar junto a mí...

No hay comentarios: