miércoles, 28 de abril de 2010

Casi que no creo

He dejado de creer en muchas cosas en este maravilloso año que vivimos. He dejado de creer que la gente hace lo que quiere y no lo que le mandan, que las cosas suceden por un por qué (no tengo claro cuándo y de quién aprendí eso), que los sueños que uno mismo piensa y se propone a hacer se cumplen. He dejado de creer en tantas cosas, que ya he aprendido a dudar de todo, he aprendido a dejar de creer en algo (o mejor dicho, alguien) que no me fallaba nunca. He dejado de creer en mí.

Esta noche toca mirar los fracasos, que son bastantes, los vacíos /huecos que se van quedando en mi vida. Paso a paso, como siempre me gustó caminar, no es la mejor manera de ir esta noche. ¡Menuda contradicción! He intentado rellenarlos de muchas maneras posibles, de todas las que se me ocurrían (que no son pocas). Y…

Nada. Que por cierto, “Él la abrazó, la apretó contra su pecho y siguió llorando, todo sacudido por espasmos, hasta que la hizo llorar también.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vendrán días en que el peso
que hoy te abruma se hará liviano.
Vendrán días en que ese peso
ya no será carga sino bagaje.

Vendrán días, han de venir.
Porque un alma que alberga sentimientos viles no brilla
y UN ALMA SIN BRILLO ES UN TIEMPO MARCHITO PARA QUIEN LO SOPORTA.

(...ya sabes, Peque ;)