Ella paseaba siempre en globo, y coleccionaba nubes. Él, sin embargo, disparaba a los extraños y regentaba un burdel abandonado. Los dos habían dado la vuelta al mundo, pero en direcciones opuestas. Y, cuando sus espaldas se encontraron, supieron que el viaje había terminado. Hablaban un extraño y antiguo idioma que nadie había oído jamás. Es posible que ni siquiera ellos... Pero, cuando se miraban a los ojos, las palabras, convertidas en pequeños y malignos duendes, les susurraban al oído su propio significado. Y entonces reían, y reían, y reían... Nadie era capaz de pararlos. Ni los trenes de mercancías, ni los semáforos en verde, ni los gritos de auxilio, ni las mujeres embarazadas, ni los abogados en paro. Ni siquiera los esposos celosos. Reían, y reían, y reían... Ella habló de tristeza. Él lo entendió todo. Ella bajó la mirada. Él borró sus huellas. Se escondieron, pasaron hambre, temblaron de miedo al oír la tormenta acercarse más rápido de lo previsto, y supieron que al fin del mundo llegarían mañana. Entonces, él le cogió una mano, la miró a los ojos, y le dijo: "Gracias. Adiós."
domingo, 21 de agosto de 2011
Se agarra al cielo y piensa en mí
De Zito a las 11:26 a. m. 2 comentarios
sábado, 13 de agosto de 2011
Invictus
Out of the night that covers me,
In the fell clutch of circumstance
Beyond this place of wrath and tears
It matters not how strait the gate,
William Ernest Henley
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
How charged with punishment the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
De Zito a las 3:41 p. m. 1 comentarios
jueves, 25 de noviembre de 2010
Heridas de Rock&Roll - Rulo y la Contrabanda
¿Quién te dice al oído "quédate"?
¿Quién es el encargado de amueblarte el corazón?
¿Quién hace lo que hice yo, pero al revés?
¿Quién tiembla cuando lloras?
De Zito a las 12:07 a. m. 1 comentarios
jueves, 4 de noviembre de 2010
Para los que no supieron describírmelo
Era un estado de plenitud, de suma alegría. Era algo brutal, soberbio, espléndido, extraordinario, magnífico.
Era genial. Tan genial como conocer a alguien en profundidad, como pegar puñetazos a un saco. Tanto como ignorar a alguien que te llama, como no descolgar el teléfono. Era genial, al igual que lo es gritar en un túnel, besar bajo la lluvia, correr de la policía, comer en el Carrefour, innovar haciendo la compra, ver un Madrid-Barça o cambiarte de compañía de teléfono varias veces en un mes.
Parecía más genial que intentar entender el Quijote en castellano antiguo, que dar unas caladas a un porro, que no hacer los deberes de clase y que el profesor te los pida, que estudiarse el Oppenheim versión extendida, que empapelar tu cuarto con pósteres de famosos. Era incluso mejor que fotografiar a alguien especial, que escuchar un directo de Quique González, que hacer un 69, que pitar una técnica a un tocapelotas, que emborracharse con brandy de Jerez, que ayudar a un sueco en tu pueblo.
Simplemente era estupendo, como entender las "prepositions" de lugar o de tiempo, como diferenciar ente amor y (solo) sexo, como ver la filmografía de Jackie Chan, como pasar el antivirus y encontrar aquel que te putea, como descargar todas las temporadas de Friends en algunos minutos, como leerse la trilogía Millennium, como escuchar que El equilibrio es imposible.
Y yo hablaba, contaba, decía... que todo era tan genial como evitar la muerte cuando no la deseas, como estrenar sábanas con alguien, como viajar en avión, como meter un triple en el último segundo, como beber chupitos en el Urbano, como sonreír, como poder escribir algo más de tres líneas después de mucho tiempo, como levantarte con la persona que quieres. Era así, perfecto, incluso mejor que sentirse libre, mejor que los apuntes llenos de colorines, que el papel higiénico en la mesilla, que lanzar cosas por la ventana. Mejor que llorar de alegría, que el fin de los exámenes o que, por ejemplo, el Strip-Póker.
Eso era la vida, y aquello... la felicidad.
Pero solo era.
De Zito a las 12:15 a. m. 2 comentarios
miércoles, 27 de octubre de 2010
Oyendo, el intermedio
Algo tan sutil como enhebrar una aguja y remendar con retales lo que antes estaba herido.
De Zito a las 10:32 a. m. 0 comentarios
martes, 21 de septiembre de 2010
Oyendo, el principio
Y el chirriar de sus zapatillas le rasgó el corazón.
De Zito a las 11:08 a. m. 0 comentarios
miércoles, 18 de agosto de 2010
La última palabra
De Zito a las 1:00 p. m. 2 comentarios
viernes, 6 de agosto de 2010
Te odio
De Zito a las 1:27 p. m. 1 comentarios
lunes, 5 de julio de 2010
Hoy no quiero mentiras
De Zito a las 11:10 p. m. 1 comentarios
Lo "bueno" se hace esperar
De Zito a las 12:21 a. m. 0 comentarios